La responsabilidad social es nuestro compromiso

Ya en el acta de fundación de la universidad en 1647, se nos trasladó el mandato de dedicarnos a conciencia al análisis de “las corrientes intelectuales de la época” y a adquirir un compromiso expreso con esta responsabilidad. La responsabilidad social que conlleva este mandato es algo que caracteriza nuestra manera de entender la universidad y que encuentra su expresión en estructuras de trabajo que concilian la vida laboral y familiar y que tienen siempre presente la igualdad de oportunidades para todos. Nuestra oferta educativa se adapta consecuentemente a la constante evolución de los perfiles formativos y a las necesidades de formación continua.
Mantener, proteger y llevar a la práctica valores como la igualdad de oportunidades, la conciliación familiar del personal universitario y de los estudiantes, requiere toda clase de esfuerzos. Lo que cuenta es crear puestos de trabajo conciliadores con la vida familiar, así como condiciones, igual de adecuadas, para la realización de los estudios universitarios. Que nos gusta rompernos la cabeza con los asuntos familiares, es algo que certifica desde el año 2005 el sello de la Auditoría para la Conciliación Familiar de los Centros Universitarios (Audit). Las primeras medidas que se tomaron en este sentido fueron, por ejemplo, la supresión de las horas fijas de trabajo y la creación y puesta en marcha de ofertas para el cuidado de los niños durante la jornada laboral o las horas de clase. También se inauguró una Oficina de Atención a los Padres.
Con las últimas concesiones de renovación de la certificación de 2012 y 2015 se otorgó un especial reconocimiento, sobre todo, a la flexibilidad que se ofrece en los estudios, aspecto que propicia y fomenta la formación permanente. Por otro lado, también se apreciaron los esfuerzos en los programas de mantenimiento del contacto institucional y de retoma de los estudios, así como un especial enfoque en el asunto Elder Care (el cuidado de las personas de la tercera edad). La apertura de la KinderVilla en 2012, en la que se ofrecen servicios análogos a los de un jardín de infancia para bebés e hijos pequeños de los estudiantes y de los empleados de la universidad, supuso un hito en el cumplimiento de nuestro secular mandato. Desde el año 2017 la oferta se ha completado con la posibilidad de un servicio de guardería en el edificio ERBA.
Las personas inmigrantes suponen un nuevo grupo por el que sentimos una creciente responsabilidad, puesto que una gran cantidad de refugiados cumplen los requisitos para cursar estudios universitarios en Alemania. Con tal motivo, la Universidad de Bamberg ha puesto a su disposición un paquete académico especial y ha creado la Oficina de Atención al Refugiado. Como sostiene el economista de Bamberg Herbert Brücker, la integración es y será el mayor desafío de los próximos años.